Su tiempo con Shri Lahiri Mahasaya
Durante sus días en el secundario y universidad, Bhupendranath quedó alojado en albergues estudiantiles. Esto constituyó un problema por causa de la instrucción de la práctica de Kriya Yoga en privado (confidencialidad). Su firme fe en su gurú preceptor y un profundo deseo de practicar el Kriya le llevaron a una solución. Cuando todos los estudiantes en el dormitorio estaban durmiendo, con amor y devoción, Bhupendranath se levantaba y practicaba el Kriya fielmente durante horas. Por la mañana los demás se levantaban temprano, en cuanto él quedaba durmiendo.
Por infelicidad, estos hábitos irregulares de sueño y la práctica rigurosa, su salud se deterioró. Profundamente preocupada, su hermana escribió a Shri Gurudev y le informó de su problema de la salud y su intensa práctica de Kriya. Shri Lahiri Mahasaya respondió:
“No hay necesidad de preocuparse por él. Él no va a morir ahora. Él tiene un montón de trabajo que hacer.”
Después de esto su salud empezó a mostrar una notable mejoría. En este momento, él quedaba hospedado en Sahibganj.
El Acharya Más Joven en la Tradición de Kriya Yoga
Bhupendranath mantuvo su meditación en Kriya Yoga mientras sufría de malaria y otras enfermedades. Como resultado, él fue capaz de aconsejar a sus discípulos sobre cómo practicar Kriya durante tiempos de enfermedad..
Uno de los dichos favoritos de Bhupendranath era:
“Donde hay voluntad, hay un camino!”
Si durante su estadía con los demás no podía encontrar un lugar adecuado para meditar, él iría a la azotea de la casa de su discípulo hermano, Karmakar, que se ocupaba con materiales de hierro. A pesar de todo techo de Karmar estar lleno de trozos de hierro, él encontraba siempre un lugar vacío en la esquina para practicar en silencio el Kriya.
Shri Lahiri Mahasaya quedaba inmensamente encantado observando esta determinación tenaz y dedicación a la práctica del Kriya Yoga. De hecho, él había conocido el destino de este niño mucho antes de su encuentro con él; por lo tanto, él gentilmente dio a Bhupendranath permiso para iniciar otros en el camino sagrado del Kriya Yoga. En la historia sagrada de la tradición de Kriya Yoga, no hay ningún otro registro de cualquier persona con autorización para enseñar a otros en este camino sagrado a una edad tan joven.
El 26 de septiembre de 1895, el día de Mahashtami, Shri Lahiri Mahasaya abandonó su cuerpo físico en Benarés. El joven Bhupendranath inmediatamente se apresuró a Benarés con la esperanza de ver la figura mortal del gran gurú por la última vez. Pero, por infelicidad, su deseo no se cumplió. Después de su llegada, descubrió que el cuerpo ya ha sido incinerado. Una tristeza insondable llenó su corazón al escuchar esta noticia. Durante días enteros sollozó, profundamente y en voz alta. Entonces, un día, por la gracia amorosa de Dios y Gurús, su tristeza fue silenciada. Él fue bendecido con la visión de su adorable Gurudev, quien le consoló, diciéndole para no entristecerse más. Le dijo a Bhupendranath que el ojo del gurú preceptor está siempre en el discípulo y que iba a venir a él cada vez que realmente precisase. Esta visitación trajo a Bhupendranath un gran consuelo y seguridad.
Muchas cosas habían pasado en la corta vida de Bhupendranath. Encontró el camino del Kriya Yoga y se le dio la santa compañía de su amado Gurudev. Él asumió un nuevo papel como un buscador de la Verdad y le dio la responsabilidad gurú-orden para enseñar la técnica sagrada de Kriya a otros buscadores sinceros.
Bhupendranath fue resuelto en su práctica y estudio mientras avanzaba hacia la meta de la autorrealización. El joven aspirante espiritual, con fe firme en las palabras del gurú preceptor, siguió adelante con confianza, consciente de que el camino es difícil, pero que la gracia divina siempre está ahí. Él se mantuvo firme en la creencia de que nunca hay una necesidad de preocuparse y que se debe proceder con fuerza y firmeza. Para él, no había otra manera que esto.
Bhupendranath (de ahora en adelante llamado de Shri Sanyal Mahasaya como una forma honorable de expresión de su nombre en bengalí) continuaron su viaje con renovada fe y espíritu revitalizado.
Extracto traducido del libro escrito por Paramahamsa Prajnanananda, “Sanyal Mahasaya – Una Vida de Humildad“.
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