En el cerebro viviente millones de células nerviosas se comunican entre sí mediante la emisión de pequeños impulsos eléctricos. De esta manera, el cerebro se activa eléctricamente de noche y día a lo largo de la vida de una persona. Esta actividad puede ser registrada como oscilaciones (popularmente llamadas de ondas cerebrales) mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo, que amplifica los señales y mostrarlos en un monitor de computador. Este método de medición se llama electroencefalografía (EEG). El cerebro oscila a diferentes velocidades (frecuencias) en función del estado de conciencia, al igual que la altura de las olas (amplitud) puede variar.
Existe una correlación directa entre la actividad de las personas o del nivel de su atención y su frecuencia de ondas cerebrales (ver fig. 1). Durante los estados inconscientes (por ejemplo, el sueño profundo), las ondas delta lentas con grandes amplitudes aparecen en el EEG. En el estado consciente parcial, entre la vigilia y el sueño, las ondas teta son a menudo dominantes, y durante el estado de vigilia, mentalmente relajado con los ojos cerrados, las ondas alfa dominan en la mayoría de la gente. Por último, las ondas de alta frecuencia beta con amplitud pequeña aparecen durante la actividad de vigilia consciente. Por lo tanto las mediciones de EEG puede verificar si una persona está consciente (ondas alfa y beta) o inconsciente (ondas delta y teta). Cuanto menor sea la frecuencia del EEG, más inconsciente es el estado (fig. 1). (…)
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Nota: El artículo original fue escrito por Erik Hoffmann, (Ph.D.), en el Website de la Escuela Escandinavos de Yoga y Meditación.