Presentación

Después de varios años caminando por algunos de los innumerables caminos de conocimiento espiritual, por lo tanto, nos sentimos alentados a crear un espacio, durante el último trimestre de 2007, donde pudiésemos dar a conocer algunos de los pasos adquiridos, subjetivos y objetivas, de nuestra experiencia a los que caminan, hombro con hombro, con nosotros, en la aspiración a la auto-realización.

Empezamos a abordar al Kriya Yoga de Mahavatar Babaji, el centro de nuestra formación, que dio el nombre a este lugar, o sitio web, pero poco a poco vamos a coger y acariciar cualquier otra forma de saber empírico o basada en los cuatro postulados de scientification, como la observación, formulación de hipótesis, la experiencia y la formulación de leyes.

Proponemos a nosotros y con determinación por un conocimiento serio, matizado con sensatez, frente a lo que se toma como realidad en la presente edad de la humanidad. Acercando con prudencia para nos invitar a estimular la clarificación de los enigmas que cubren la existencia.

Esperamos, de esta forma, en clausura de la ilusión del tiempo que saltarina, sin preocupaciones, se haciendo creer que corre adelante, poder contribuir un poco con algunas herramientas de trabajo que faciliten a nosostros a salir del laberinto de la sana duda al escepticismo extremo, fundamentalista y enfermo, de la incredulidad que conduce al desánimo y al desistimiento, de lo fanatismo fragmentario al miedo paralizante y desmovilizador, de la curiosidad natural a la dispersión insaciable de la búsqueda superficial, fútil, superflua, irredimible improductiva.

Nos parece interesante estimular la lectura, tan diversa y atractiva en sus avances más recientes como por ejemplo, la física cuántica, astrofísica, la psicología, la biología, o de otras escuelas espirituales de conocimiento de sabiduría reconocida, etc, que nos franquea las puertas de la consciente y sensata liberdad de elecciónes, pulverizando los grilletes del oscurantismo que nos tiranizan en la ignorancia, la mediocridad, en las vendas de la visión de nuestros horizontes interminables.

Esperamos estar con aquellos que, en los segundos que emergen de lo eterno ahora, ardientemente traban el combate de la trascendencia de la condición humana para la asunción del Destino que ya somos.

Seamos bienvenidos, todos!    

 

Susurrando con el Reencuentro con Kriya Yoga – Mahavatar Babaji 

En esos años ya a una cierta distancia de 86/87 una tenue llama mensageira encendía tremulantemente en las brumas de mis ideales.

Como un murmullo, pero temerario, conspiraba intranquilo, extendiendo en crepitante llamarada en un convite irrecusable a profundización del conocimiento.

Sutil, pero irreversible, redoubla la voluntad férrea y inequívoca de acelerar la expansión lúcida de conciencia en la vastedad.

llegó el momento! Es imperativo dar otra forma a mi rutina espiritual de años de esfuerzos en la búsqueda. Sentí que era urgente encontrar un maestro con quien yo sintonice en resonancia vibratoria. Que me asista en su sabiduría insondable y que me proteja en su amor incondicional; que me legue la “clave” de su mantra; y, por la práctica diaria, dedicación y servicio a los otros, me alzase en vuelos plenos en los horizontes interminables de la auto-realización.

Entonces, lo que yo esperaba ha sucedido! Tocado, alguien, en un impulso de inspiración original, me sorprendió, ofreciendo a mí una fotografía del “ultimo sonrisa” de Paramahansa Yogananda, de su libro “Autobiografía de un Yogue” que había comenzado a leer a breve periodo de tiempo; fue arrebatado por la expresión sublime del amoroso sonriente y conquistador de las ilusorias hermanas gemelas Vida y Muerte.

Oculto, por detrás de los granos de invisibilidad, Yoganandaji, había conducido todo el proceso de tal forma que la foto llegó a mis manos. Después de todo, desde el comienzo de esta mi existencia, el Gurú siempre ha estado presente, y, esperando, me gesticulaba pacientemente, esperando que el discípulo, sacudido por el sueño de la conciencia humana, irguiese y marchase como un firme guerrero empuñando la penetrante espada de la sabiduría y del escudo envuelto de amor.

El reencuentro discípulo-maestro ocurrió tres meses más tarde, cuando, finalmente, yo resolví comprar el libro. Silenciosamente, Yoganandaji me protegió con susurros secretos. Imperceptiblemente, me envolvió, cual brisa aleteante, confortable, perfumada con amor eterno incondicional.

Y así, hemos retomado, la relación de confianza recíproca, de divinal complicidad, y inefable afecto, procedentes de tiempo sin hondo.

Pero, y después?! Entonces, había que saber quién me puede poner en la pista de la enseñanza. Pero, qué momentánea frustración! Aparentemente no había nadie que me podía “dar una mano” en todo este país.

Pero si el hilo de agua, borbotado de la pequeña fuente agranda, así la intuición también crece y me lleva a “arregazar las mangas” para, de la solitaria gota de agua, suceder la corriente voluminosa. Yo me vi a escribir a los centros de meditación de la América y India, habiendo sólo como “posibles” direcciones los pocos prometedores elementos disponibles en los subtítulos de algunas fotos del libro de Paramahansa Yogananda.

Como la voluntad era inamovible y la esperanza hija de ella, aguardaba. Fueron semanas en que las dudas mentirosas saltarican jugueteando delante de la agitada expectativa, pero confiada.

Entonces, finalmente, han llegado las respuestas de ambos los continentes con el soplo de la brisa fresca de noticias de ese campo florido, cuyo néctar divino nos embriagamos, encantados con la donación del cielo que Mahavatar Babaji, Paramahansa Yogananda y otros Gurús nos hicieron sus herederos.

El Viajero.